Cada año, cuando empieza a hacer
frío y se acerca diciembre y sin saber porqué, me sorprendo buscando en el baúl
de mis archivos las fotos de aquel viaje … era diciembre y hacía frío. En
pocos minutos y sin mucha reflexión,
quizás sin ninguna, llega a mi corazón, así como así, la respuesta al porqué vestida de
alegría.
Aquel viaje hacia un no lugar, un
no desplazamiento … el viaje hacia mí. El sitio era yo y la distancia un
suspiro, y así, desde entonces ya estoy conmigo.