jueves, 23 de mayo de 2013

Pedalear ...


Me compré una bici a la que tengo en gran estima. Un amigo mío dice que estoy obsesionada, porque me he comprado una "cadenita" de nada, con un "candadito" que se parece a los que traen los equipajes de mano. La compré así porque no pienso perderla de vista ni un sólo momento, ni siquiera bajarme de ella. Lo único que podría pasar es que tuviera que tomarme una cervecita (sin tapa) para reponer fuerzas, así que ésta "cadenita" me serviría para amarrarla a mi silla ... creo que no necesito más, es lo más apropiado.

Paseando el otro día por una ciudad, mucho más civilizada que ésta, me encontré esta "instantánea" que os adjunto, y he pensado comprarme una !buena cadena¡, de acero reforzado, con clave secreta, de dos metros de largo para poder darle dos vueltas ... la más cara.

Y ¿por qué?. Porque, al fin y al cabo, ¡es casi lo único que te dejan!.



1 comentario:

  1. Bueno, menos mal. Lección aparendida. En Sevilla imágenes como esta, cienes y cienes

    ResponderEliminar