El pintor que retrate la naturaleza humana deberá afanarse en el estudio de las pasiones: si desconocemos el corazón del hombre, difícilmente conoceremos su rostro. El paisaje también tiene, como los retratos, su parte moral e intelectual. También hace falta que hable y que, a través de la ejecución material, vivamos las ensoñaciones o los sentimientos que hacen que nazcan los diferentes lugares. François René Chateaubriand (1795) - Del paisaje reciente (De la imagen al territorio)
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